jueves, 15 de noviembre de 2012

Todo cambia y nos arrastra



Las Barbis, lujosas y exóticas muñecas, llenas de diseño y glamour. Pero...no se las puede dejar solas, y aparece el musculoso Ken, de vestir casi uni-sex.   
Pues sí, allá por la década de los 80 estos juguetes han sido un furor.
La vida sigue, y cansados de "guaperas" aparecen Las Monster Hight, y las no menos mostruosas Bratz.
Rebobinando en el tiempo, recuerdo a las hermosas muñecas de cartón, de largas pupilas y coloreados pómulos, que algún disgusto nos dieron, al derretirse en el  agua, cuando pretendías asearlas.- A éstas, les siguieron las de trapo con cabeza de casco, que al accidentarse, se quedaban mutiladas de muerte total.- Y llegan las de caucho, antes que las de goma; los enormes Bebé de tamaño natural, que hoy se exponen luciendo moda infantil en alguna que otra tienda de ropa de Baby.
Y entiendo que, todo está bien; hasta tocar el límite del mal gusto, que hoy se extiende a ser el prototipo del cirujano de turno, que  trabaja en hacer desaparecer la belleza de la expresión "del ser inimitable e irrepetible", y nos transforma en el prototipo de la imagen que vende el famoseo.

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