Al igual que la casa que visualizamos; tiempo atrás cobijo de jóvenes promesas del futuro "siempre incierto" de arrogancia trabajadora y construida con la imaginación de la grandeza soñada, con los materiales que te limitan los posibles.
Esa mirada, experta, profunda y silenciosa entre los avances, que desde su interior "reflexiona y compara" ante la apariencia de estar aislado en otro mundo. ¿No es cierto que requerir experiencias pasadas a nuestros mayores, no deja de ser para alguna de nuestras jovenes generaciones, escuchar batallitas de ancianidad ( o mejor a su estilo) de carrocetas?.
No olvidemos que el futuro se mejora, si no se olvida el pasado.
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